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Me encuentro ante su puerta, tomando aire despacio para ir amainando el vendaval que ruge dentro de mi estómago. He llegado a Hong Kong hace unos días y esta noche estoy invitado a su casa. Se abre la puerta del fabuloso castillo, y allí al final, está Mine, autora de los cuentos eróticos que más sensación me han causado.

Es de media altura y delgada con el pelo negro y media melena, un flequillo pícaro hace que su cara esté envuelta en un halo de dulzura y extraño erotismo, su cuerpo es grácil y lento, su piel blanca… Fuera mis fantasías sobre ella… la pensaba erótica, voluptuosa y pidiendo a gritos sexo… que poca imaginación

Nos saludamos

– Encantado, mi nombre es Roberto

– Yo Mine.

No me ha mirado a los ojos, me siento minúsculo y confundido. Es ella? O es su hermana haciendo de señuelo para evitar a los pesados. Sigo esperando algo distinto, en ésa sensación de que algo no va bien, intranquilo, decepcionado..

Se apagan las luces, un foco en medio del salón atrae toda la atención de los invitados. Suena un piano y aparece Mine con un vestido negro ceñido, el pelo recogido, la espalda como una cascada en la selva, los ojos como elipses negras y dentro de cada una hay una avellana lista para ser deleitada. Descalza, con una pulsera en cada tobillo.

Empieza a cantar, y yo… me empiezo a derretir, mi chocolate se pone blandito y noto cómo va recorriendo mi vida. Mine canta, mira, abre suavemente las negras elipses y sigue cantando, se mueve cual cisne en lago de fantasía.

Estoy eclipsado y en deseo febril de conocerla más, de acercarme, de tenerla entre mis brazos cómo hacen una y otra vez cualquiera de los personajes de sus obras. Todo es tan sencillo en sus escritos, todos están abiertos a disfrutar…

Jaime se acerca a saludarme, es el puente de unión entre Mine y yo, aunque mi presente acueducto imaginario , ya no necesita intermediarios.

– Roberto, que te parece Mine…increíble. ¿No?

– No tengo palabras, está por encima de ellas.

– Ya sabía yo, Mine es de otro mundo

Pienso que quiero formar parte de él aunque sólo sea por ese afán que tenemos los hombres de conquista, no es eso…o si.

Leer sus obras y luego verla ha sido algo…

Reaparece en vaqueros y el pelo recogido en una coleta baja, discreta y callada, tiene su copa entre las manos y no habla, es silenciosa y distante… yo no dejo de mirarla en esa sensación que tienes cuando ves que el tigre es tierno con sus cachorros o que la inocente Mantis se come al macho después de copular… Cómo puede un ser guardar en el silencio un erotismo tan salvaje…Me atrae sobre manera pensar cómo será en la intimidad y a la vez me siento incómodo y confundido pues no me ha mirado ni una sola vez.

Me acerco

– Me ha encantado tu actuación.

– Me gusta cantar.

– En tu último libro la protagonista es una bióloga chilena que canta por las noches

– Todos los libros son autobiográficos, ya sabes..

Lentamente me voy haciendo invisible, me siento de piedra en la sequedad de sus palabras … Cuántos pedazos dejan las Venus que se caen de las vitrinas…

Yox Härem- Narrativa 2009

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